UNA PINTURA GÓTICA DE ALCALÁ QUE ESTABA PERDIDA REAPARECE PUESTA A SUBASTA
Se trata de una tabla que representa a San Bartolomé y cuyo contrato de ejecución fue fechado en 1508. La obra representa al apóstol San Bartolmé, erguido sobre un suelo de baldosas y con un fondo dorado. Queda identificado con uno de sus atributos más comunes, el cuchillo, que alude a su martirio. En la parte inferior se aprecia un demonio. La pieza sufrió una restauración en el siglo XIX. Es entonces cuando se le añade el actual marco que presenta con motivos arquitectónicos de estilo gótico sobredorados.
Una investigación realizada hace unos años por Rosario Marchena permitió hallar un documento que permite fijar su autoría. En dicho documento fechado el 7 de marzo de 1508 los pintores Gonzalo Díaz y Nicolás Carlos, ambos vecinos de la collación de San Salvador de Sevilla, reconocen haber recibido de Francisco Sánchez, prioste de la cofradía de San Bartolomé de Alcalá de Guadaira, 8.000 maravedíes que es parte del pago de un retablo que están haciendo para dicha hermandad. Al mismo tiempo especifica que dicha cofradía radicaba en la collación de San Miguel de Alcalá.
Se trata de la antigua iglesia mudéjar de San Miguel, que aún existe, aunque reconstruida en el siglo XX y desacralizada. Hoy es propiedad municipal y está sin uso. En este templo cargado de historia se fundó en el siglo XV se fundó una capilla “a honra y reverencia del Apóstol San Bartolomé”. Aunque la mayor parte del templo original ha desaparecido esta capilla aún existe. De la ruina del edificio que puede apreciarse en antiguas postales se salvaron las portadas frontal y lateral y esta capilla que estaba situada en el lado de la Epístola. Estos elementos quedaron integrados en la reconstrucción del templo. Aun puede verse la hermosa bóveda de crucería de esta capilla. La ruina del templo haría que la pintura pasara a la cercana Santa María del Águila.
La tabla de San Bartolomé muy probablemente formara parte de un tríptico, al que debe referirse en contrato cuando habla de retablo. La pintura de su parte central era una hermosa Natividad de gran calidad artística, que fue quemada en 1936 y de la que existen aún fotografías de buena calidad. En estas imágenes ya aparece sola, sin las otras dos piezas que debieron configurar el tríptico, la pintura de San Bartolomé y otra que se desconoce y de la que no hay testimonio gráfico.
La pintura de San Bartolomé posiblemente fue vendida en 1911. Ahí se pierde su pista que vuelve a aparecer posteriormente, ya que está documentado que desde 1931 hasta 1957 estuvo en el Museo de Bellas Artes de Cádiz. En esa fecha vuelve a desaparecer, por lo que es de suponer que estaría en manos privadas. Ahora sale de nuevo a la luz y puesta a la venta en una casa de subastas de Sevilla. Junto a la tabla de Alcalá se subastarán un gran número de piezas a lo largo de los días 24 y 25 de junio. El precio de salida de San Bartolomé es de 20.000 euros.