La feliz iniciativa de Emilio Gómez de construir una piscina pública en un extenso huerto que comprendía la manzana formada por las calles Huerta, Sol, Rojas y Céspedes, próxima a la Parroquia de San Gil llenó de regocijo a los ciudadanos. La llegada de los meses estivales originaba en muchas familias gran inquietud y angustia, dado que el río Genil,año tras año, era noticia por la muerte de bañistas. La juventud acudía al río sin preparación alguna, ya que los cursos de natación eran una asignatura ignorada por aquel entonces. La piscina, situada en una zona céntrica, espaciosa y con exuberante vegetación, llegó a obtener gran aceptación por parte de los ecijanos.
Su apertura tuvo lugar en el año 1961, y desde entonces, los días de altas temperaturas se llenaba la piscina de jóvenes que buscaban en sus aguas y en sus instalaciones una grata jornada en los duros meses de verano.
Esta piscina tenía dos horarios, es decir, la jornada partida. Las mañanas eran en exclusiva para las mujeres, y las tardes para hombres,norma ésta que el tiempo fue normalizando quedando, posteriormente abierta para ambos sexos sin horarios preestablecidos, y sin que se tuviera que esperar a la salida de la última mujer para que los hombres pudieran acceder a las instalaciones.
La Piscina de San Gil o de “don Emilio”, como también se le conocía, se cerró en el año 1975 y aún ocupa una importante página en el recuerdo, pues dio cabida al disfrute de muchosecijanos y ecijanas.
Memoria de una década: Écija 1960-1969.
Juan Méndez varo