ASOCIACIÓN PROVINCIAL SEVILLANA DE CRONISTAS
E INVESTIGADORES LOCALES

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CACHORRO, PADRE DEL PUEBLO GITANO

0666Con anterioridad a que se constituyese la actual Hermandad de Los Gitanos, un grupo de devotos de esta misma raza profesaba devoción al crucificado de El Cachorro. La portentosa imagen recibía culto en la ermita del Patrocinio, situada casi a las afueras del barrio de Triana, en la misma vega. En el siglo XVII, brotó con especial fortaleza por entre espacios marginales, el fenómeno de la religiosidad popular y la práctica penitencial cuando la adversidad más duramente azotaba a la sociedad.

Una devoción de origen marginal nacida en la ermita del Patrocinio de Triana. (tránsito de los siglos XVII al XVIII)

JULIO MAYO

Sevilla no ha conocido un periodo más pródigo en piedad popular, fervor enaltecido, asociacionismo religioso y producción artística de imágenes sagradas que todos aquellos años del siglo XVII, aunque algunos historiadores actuales mantengan la tesis de que nuestra ciudad cayó entonces en una profundísima decadencia, a raíz del descenso poblacional provocado por las mortandades epidémicas de 1649 y 1650. La adversidad favoreció el crecimiento de manifestaciones religiosas de índole penitencial, y desde aquel momento imágenes como la del Santísimo Cristo de la Expiración, conocido popularmente como «El Cachorro», se convirtieron en receptoras de plegarias y promesas elevadas muy especialmente por los trianeros. Así lo concreta don José Bermejo –primer historiador en abordar el pasado de las cofradías trianeras–, en su libro «Glorias Religiosas» dedicado a la historia de nuestra Semana Santa (1882), quien sitúa entre los principales devotos del crucificado a las personas que vivían cerca de la ermita del Patrocinio, donde la admirable talla comenzó a recibir culto hacia 1690 unos ocho años después de que fuese realizada (1682). Prácticamente en medio del campo, al final de la calzada que transcurría desde Sevilla hacia las tierras de Huelva, Extremadura y Portugal, se suscitó una corriente de religiosidad marginal, alejada del control eclesiástico, que satisfacía las necesidades espirituales de aquellas personas cercanas a la ermita. Detallan en su prefacio las reglas fundacionales de la hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración, aprobadas por el Arzobispado en 1691, que la ermita del Patrocinio –en los extramuros de la vega de Triana– fue un centro de adoctrinamiento para un sector de la población temporera que vivía agolpada en torno al río Guadalquivir, atraída por la abundante mano de obra de su puerto: sogueros, calafates, marinería, cargadores del muelle, acarreadores, aguadores, mendigos, busconas, pícaros y un sinfín de personas de variada calaña. En el reglamento de la recién constituida cofradía se razona que fue así por «estar situada la referida capilla a un extremo del barrio, distar bastante de la ayuda de la parroquia [de Santa Ana] y habitar entre una y otra cerca de dos mil vecinos, los más de ellos pobres trabajadores o jornaleros».

0667Y analizando la nómina de cofrades que integraban la hermandad de El Cachorro, tanto en los años últimos del siglo XVII, como durante buena parte del XVIII, se detecta la filiación de ciertos miembros de familias gitanas con los apellidos como Escalera, Rodríguez, Núñez, Cortés, Hernández de Vilches, etc. Sabemos que estas familias eran de origen romaní porque bajo las denominaciones de «castellanos nuevos» y «gitanos» figuran registrados en las calles del Barrionuevo (actual Alfarería) y en la de los Tejares, cercanas al Patrocinio, como consta en los padrones del barrio custodiados en los archivos de la parroquia de Santa Ana, Municipal de Sevilla y Arzobispado hispalense. Estos asientos vecinales nos reportan indirectamente una peculiar información sobre el nivel socio económico de aquellos gitanos, al concretar los oficios a los que se dedicaban: tratos de ganados, mercadeo de productos agrícolas, arrieros, trajinantes, carboneros, herrería y fraguas, vendedores ambulantes, oficios del barro, astilleros en la construcción y mantenimiento de embarcaciones, pescadores, camaroneros, trabajadores de las fábricas de jabón, etc. Los documentos también resultan bastante esclarecedores respecto al estatus de algunas de aquellas familias gitanas, que poseían un rango superior a otras de la misma raza, que ni tan siquiera tenían un domicilio fijo.
Mucho antes de que naciera la actual Hermandad de los Gitanos, fundada también curiosamente en Triana, el año 1753, un sector de este grupo comenzó a rendirle culto al crucificado de El Cachorro, sin que la hermandad del Cristo de la Expiración llegase a ser una cofradía de naturaleza étnica, como fueron las del Calvario (Mulatos), Cristo de la Fundación (Negritos), o la del Rosario, que existió en el Patrocinio a finales del siglo XVI y que también estuvo integrada por negros. Pues no es que aquellos gitanos trianeros se empleasen en organizar una cofradía expresamente para ellos, sino que debido a la conexión que este grupo social no privilegiado, tan castigado por las desigualdades, tuvo que sentir con la tragedia que tan magistralmente representa su Expiración, similar al sufrimiento de los perseguidos, fueron convirtiéndose, algunos de sus componentes, en los mejores difusores que tuvo la imagen a nivel popular. De hecho, a finales del siglo XIX la prensa nacional divulgaba ya la leyenda que relacionaba el sobrenombre de la efigie con el pueblo gitano y la histórica devoción que los calés venían dedicándole a ese «Cristo clavado en el madero», al que don Antonio Machado parece que dedicó en Campos de Castilla (1912) su composición de «La Saeta», musicalizada hace escasas décadas por Joan Manuel Serrat. Ese «quejío» agónico de El Cachorro, además de haber contribuido a integrar una población tan diversa como la que albergó el barrio de Triana, ayudó a expandir el credo católico entre los gitanos y también, por qué no decirlo, entre otros muchos vecinos del arrabal, que fueron acrecentando un sentimiento de arraigo, gracias a la cohesión entretejida por un icono que, ya no sólo es contemplado como una imagen devocional, sino como un auténtico símbolo que hoy, en pleno siglo XXI, resulta ser ya santo y seña de toda nuestra Ciudad.

JULIO MAYO ES HISTORIADOR Y ESTÁ ESPECIALIZADO EN RELIGIOSIDAD POPULAR

Escultor de El Cachorro

El historiador Justino Matute reveló en su Historia de Triana (1818) la identidad del artista que efigió el maravilloso crucificado: Francisco Antonio Gijón. En 1930, el profesor sevillano de Historia del Arte, don José Hernández Díaz, descubrió el contrato de ejecución de la imagen fechado el 1 de abril de 1682. Ruiz Gijón había trabajado ya para Triana y su parroquial de Santa Ana con anterioridad a la hechura de El Cachorro. Recientemente, hemos documentado en la sección de los protocolos notariales del Archivo Histórico Provincial de Sevilla la curiosa estancia y actividad comercial de un tal Fernando Gijón en el barrio de Triana, en 1709. Se abre, de este modo, una sugerente línea de investigación orientada a dilucidar el grado de parentesco del personaje ahora descubierto con el célebre Ruiz Gijón, de quien no debemos olvidar que había venido al mundo en Utrera (1653), lugar en el que históricamente gozó de muy buen asiento la colonia gitana.

MEMORIA FIN DE SEGLO EN UN PUEBLO DE ANDALUCÍA, LORA DEL RÍO 1975-2000

0625El viernes 20 de febrero, a las 20 horas, en la Biblioteca Pública Municipal, tendrá lugar la presentación del libro «Memoria fin de siglo en un pueblo de Andalucía, Lora del Río (Sevilla), 1975-2000», de Diego Delgado Díez, a cargo de Antonio Oliveros Rincón, director y editor de La Radio de Papel. Repasaremos la biografía del autor, se presentará el libro y, por último, Diego Delgado Díez tomará la palabra.

La organización de este acto corresponde a la Asociación Espacio y Tiempo de Lora y a La Radio de Papel (último número, enero 2015, año XX), con la colaboración en el mismo de la Concejalía de Participación Ciudadana del Excmo. Ayuntamiento de Lora del Río.

OTROS TRASLADOS INÉDITOS DE LA VIRGEN DEL ROCÍO

0260En el mismo Archivo Municipal de Almonte, hemos tenido la oportunidad reciente de encontrar pruebas documentales sobre algunas venidas extraordinarias de la célebre Patrona de aquel pueblo, desde su Santuario, que reportan nuevas noticias de Traslados, hasta ahora no documentados y supuestamente inéditos para la historiografía rociera. Nuestras averiguaciones se han centrado en el examen riguroso de las «Cuentas de Propios y Arbitrios», y partidas de gastos del presupuesto económico anual, en cuyos asientos contables quedaron consignados los reales, primero, y las pesetas después, que el Ayuntamiento almonteño retribuyó a la fábrica parroquial por los Novenarios, y rogativas públicas, que, en cada ocasión, fueron solemnizándose para apelar a la providencia divina, tanto en la mitigación de males, como en la conmemoración de felices acontecimientos. Con ese primer sondeo de la contabilidad, no hemos querido suplir, sino por el contrario, completar, las distintas lagunas que afectan a las Actas Capitulares, en las que se recogen distintos acuerdos corporativos vinculados a nuestro tema de investigación. Entre las lecturas de los datos obtenidos, sería importante poder profundizar en el análisis del trasfondo simbólico que subyace en estos Traslados, de reforzar la posesión de la imagen por los almonteños, frente a las localidades vecinas y fieles comarcanos, así como el control que ejercieron, conjuntamente, los poderes civil y eclesiástico en la asignación de fechas a los ceremoniales de auxilio, a fin de regular las subidas y bajadas de los precios correspondientes a los géneros de abasto.

Muy poco después de los episodios coyunturales tan adversos que significaron las epidemias de peste de 1649 y 1650, Nuestra Señora del Rocío fue nombrada Patrona –año de 1653– y su prestigio devocional creció considerablemente. Al elenco de invocaciones públicas que le rindió el municipio, ya publicadas, incorporamos hoy la que le suplicó en 1675, con motivo de las enfermedades y mortandad causadas por otro gran contagio bubónico. Los documentos recrean cómo la imagen fue devotamente recibida en el Chaparral por el clero, que «…salió con la Cruz de la parroquia y guión». Otra de las determinaciones municipales que aún no habían trascendido a la luz pública, fue la traída de «Nuestra Señora a la parroquial», en 1707, después de acordarlo sus ediles el 22 de mayo de aquel año, en plena Guerra de Sucesión española. Continuó floreciendo el fervor, y distintos sacerdotes locales revitalizaron e institucionalizaron su hermandad, en el siglo XVIII, para la que elaboraron unas nuevas Reglas (1758). En los prolegómenos de aquella efervescencia rociera, se enmarca otra visita de la Reina marismeña a Almonte, el año 1752, para la que se abonaron 500 reales, empleados en «costos de la zera, y Novenario, que se haze a Nra. Sra del Rocio, quando se trae de la hermita a esta Villa como Patrona de ella para el socorro y remedio de las necesidades ppcas y de la Corona, pr falta de aguas y de salud o por guerras», según registra la contabilidad de entonces. Todavía en el Setecientos hemos hallado, al margen de las divulgadas por los historiadores locales, otra Novena y función de rogativa, programada en 1793, por la que se entregaron al clero 859 reales de vellón en concepto de «Funciones de Iglesia, novenario y misas cantadas a N. Madre y Señora del Rocío en las Rogativas que se hicieron por seca y traerla al pueblo desde su ermita».

No hay constancia del hipotético acercamiento de la Intercesora al núcleo urbano en el año 1800, por causa de la epidemia de fiebre amarilla, como en otros pueblos de la comarca. En cambio, hemos tenido la oportunidad de autentificar otra venida el año 1804, en la que se emplearon 346 reales y medio en los actos religiosos. El Ayuntamiento sólo sufragaba las Novenas oficiadas en honor de la Virgen del Rocío, cuando ésta acudía a la villa, por lo que los datos de las liquidaciones resultan cruciales para la probatura de las concurrencias extraordinarias. Otras informaciones novedosas, respecto a las visitas de la Protectora, se contextualizan en 1824, cuando el Ayuntamiento se adhiere al monarca Fernando VII tras el Trienio liberal, y en el de 1835, coincidiendo con la alineación monárquica en favor de la reina Isabel II. Así lo revela la subvención de 100 reales, dedicada a la cera de la Función de iglesia organizada cada uno de aquellos años, respectivamente. En comparación con otras épocas anteriores, se advierte una sensible disminución de las ayudas, que cabría atribuir al enfriamiento decimonónico del clima de religiosidad, en la anteposición prioritaria de otros conceptos de interés público. Gracias a estos nuevos hallazgos podremos ahora precisar mejor la frecuencia con la que la Santísima Virgen acudió a su pueblo y revalorar el infinito apego devocional que le profesan a su Abogada defensora, quienes sueñan cada día con una aurora en el Chaparral –¡qué bendición!– para poder contemplar, después del desvelo, su Rostro Divino, tan luminoso como el Sol de Pentecostés.

Traslados procesionales de la Virgen del Rocío a Almonte, recientemente documentados

1675

Epidemia de peste

Lib. 6 (27/05/1676)

1800

Epidemia de fiebre amarilla

No hay documentos

1707

Guerra de Sucesión

Lib. 7 (22/05/1707)

1804

Sequía

Leg. 667. Propios y arbitrios

1752

Se ignora la causa

Leg. 666. Propios y arbitrios

1824

Calamidad o feliz acontecimiento

Leg. 668. Propios y arbitrios

1793

Sequía

Leg. 667. Propios y arbitrios

1835

Calamidad o feliz acontecimiento

Lib. 15 (15/09/1835)

*Elaboración propia. Fuente: Archivo Municipal de Almonte.

 JULIO MAYO RODRÍGUEZ
Historiador y Comisario de la Exposición «Intercesora de Almonte»

 

II JORNADAS Y MERCADO MEDIEVAL VILLANUEVA DEL RIO 28, 29 y 30 de Octubre de 2011

0166Durante los días 28, 29 y 30 del mes de octubre, celebramos en nuestra Villa las II Jornadas Medievales. Durante un año la Sociedad Cultural y Deportiva del Medievo, ha trabajado con eficacia, para hacer de este evento, no solo un mercado de tipo de medieval, donde prime la compra de productos del lugar o de otros lugares.

Se ha trabajado con ahínco, para llevar al visitante a este evento, a un lugar donde se encuentre la cultura, la música, talleres, teatro, juegos, hacer conocer un pueblo que desde hace siglos, contribuyo a la Historia, y donde podemos encontrar parte de ella.

Nuestro trabajo durante este tiempo ha consistido en estudiar el lugar donde se podían realizar los actos, estudiar a fondo los medios con los cuales contábamos, buscar, actuaciones de música, canto, preparar talleres, ponernos en contacto con otros lugares donde se celebraran estos tipo de eventos, investigar lo mejor para ofrecer al visitante, y fruto de todo ello, nos ha llevado a la celebración de estas I Jornadas Medievales.

Esperamos que el visitante encuentre en nuestro pueblo, la tranquilidad, el descanso de un día, olvidarse del mundo que nos rodea y hacerles entrar en otra época.

Más información: http://www.villanuevamedieval.tk/

“INTERCESORA DE ALMONTE”

0155Muestra expositiva de documentos históricos correspondientes al periodo de la invasión francesa (1810-1812) y diversos enseres de culto de la Santísima Virgen del Rocío relacionados también con aquel momento. La exposición está dispuesta en los altos del Santuario y estará abierta al público todos los días, hasta el 30 de septiembre de 2011, en horario de 11,30 a 14,00 h. y de 17,00 a 21,00 h., salvo en horario de celebración de Misas.

El pasado viernes, día 5 de agosto, tuvo lugar la inauguración de la Exposición «INTERCESORA DE ALMONTE. El Rocío Chico 1810-1813/2010-2013»,una muestra expositiva que aspira a sintetizar, a grandes rasgos, los principales hitos históricos que se sucedieron en los años de la invasión francesa, a propósito de los cuales surgió la proclamación del voto de promesa que anualmente se le brinda a la Santísima Virgen del Rocío, por la providencial protección que deparó en los años que estuvo ocupado por los franceses (1810-1812), gracias a cuya intermediación pudo librarse el municipio, milagrosamente, de una verdadera masacre.

0156Ahora que se cumplen 200 años de la ocupación napoleónica, la Hermandad Matriz del Rocío de Almonte ha proyectado la organización de esta exposición que apertura los Actos conmemorativos del Bicentenario de la institución del Rocío Chico (1813-2013).

Durante los años de dominación francesa, afloró en reiteradas ocasiones el patriotismo de los almonteños. Pero especialmente terminó enfureciendo a los invasores, de entre las distintas acciones de sublevación que se registraron, el fusilamiento del capitán francés Pierre D’Ossaux, sucedida el mediodía del 17 de agosto de 1810. Aunque los ocupantes franceses amenazaron con «pasar a chuchillo» a todo el vecindario por el ataque tan grave que había sufrido, el Ayuntamiento de Almonte pudo demostrar finalmente que el ataque armado lo efectuaron unos contrabandistas ajenos al pueblo que se adentraron en él realizar un saqueo. Diversas circunstancias evitaron que se llegase a consumar la temible ofensiva gala con la que había amenazado al vecindario de Almonte. En 1813, cuando los franceses había abandonado ya nuestro país, el Ayuntamiento, clerecía local y propia Hermandad del Rocío otorgaron mancomunadamente un acta de voto de promesa, en agradecimiento a la Patrona de Almonte, la Santísima Virgen del Rocío, por la milagrosa protección que había dispensado, sobre todo el pueblo de Almonte, en los momentos agónicos de la invasión francesa. Es así como nace el Rocío Chico, una función religiosa que se celebra anualmente, el 19 de agosto, para agradecer a la Santísima Virgen su prodigiosa intermediación.

0158Por vez primera se reúnen en una exposición diversos documentos inéditos, provenientes de distintos archivos (locales, provinciales, regionales y nacionales), gracias a los cuales ha podido reconstruirse, con rigor, un periodo histórico, como el de la ocupación napoleónica, que resultó trascendental en el despegue devocional del Rocío. A estos efectos, la exposición ha contado con el trabajo documental desarrollado por el historiador palaciego Julio Mayo Rodríguez, Comisario de la Exposición, quien ha hallado diversos documentos no conocidos hasta el momento a la luz de los cuales se conoce ahora la distribución de la antigua ermita, el vestuario de la Virgen, las alhajas que poseía, así como la evolución de la celebración de su popular Romería. Entre las aportaciones documentales más significativas que se notician figura la estancia excepcional de la Santísima Virgen del Rocío durante los años transcurridos entre 1809 y 1813, en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, en cuyo paradero quedó refugiada la imagen de los posibles desmanes y ataques que la soldadesca invasora pudiera haberle ocasionado en su ermita rural. También es recreado en la muestra el famoso episodio del fusilamiento del capitán francés antes aludido, el día 17 de agosto de 1810, como germen del Voto del Rocío Chico.

0157La reanudación de ésta, en 1814, supuso un aumento notable del culto a la Señora y un despegue devocional que trascenderá a otros nuevos ámbitos supracomarcales y regionales. La celebración de la fiesta de Pentecostés se rige, en aquellas primeras décadas del siglo XIX, en una de las manifestaciones religiosas de expresión popular más multitudinarias de la época. Es entonces cuando surgen diversas Hermandades Filiales: Triana en 1813, Umbrete en 1814, o un intento frustrado, en 1816, de la Hermandad del Rocío en Salteras (Sevilla), etc. En el mismo espacio expositivo se ha dado cabida a otras piezas que integraron una Exposición organizada por el Ayuntamiento de Almonte, bajo el título: «Almonte: 1810-1813, la vida cotidiana de un pueblo andaluz bajo ocupación napoleónica», que fue coordinada y dirigida por el historiador local, Domingo Muñoz Bort. En la definición de contenidos de la Exposición «Intercesora de Almonte», junto a Muñoz Bot, han trabajado Santiago Padilla, Secretario de la Hermandad Matriz y Delegado para la coordinación y ejecución de la misma; Antonio Díaz de la Serna, documentalista e investigador local; así como el pintor Emilio Gavira Amuedo que ha ilustrado los contenidos que se exhiben en los paneles.

La Hdad. Matriz arranca el programa del BICENTENARIO que va a contar con una sucesión de actos hasta el día 19 de agosto del año 2013. Se trata de la fecha en que se cumple el aniversario del Voto, y que se quiere culminar, con el cierre de la celebración de un AÑO SANTO JUBILAR, coincidiendo además, con el Traslado y estancia de la Stma. Virgen a Almonte, en 2012-2013.

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