ASOCIACIÓN PROVINCIAL SEVILLANA DE CRONISTAS
E INVESTIGADORES LOCALES

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REPOSICIÓN DE LA HORNACINA CON LA IMAGEN DE NTRA. SRA. DE LA SOLEDAD DE ÉCIJA

1056La Asociación Amigos de Écija, con la colaboración de la Real Academia «Luis Vélez de Guevara», ha promocionado este laborioso trabajo de reposición, en el que han intervenido: el ebanista Miguel Ángel Balmaseda Rosa, la pintura, de 109 cm. de alto por 73 cm. de ancho la ha realizado José Luis Jiménez Sánchez-Malo, buen conocedor de esta imagen, a la que ha retratado en varias ocasiones. La rotulación de la advocación en el marco, es de Rafael Amadeo Rojas Álvarez, imaginero y pintor.

VER NOTICIA COMPLETA (Fuente: ciberecija.com)

IMAGEN DE LA CUSTODIA EN EL BARROCO ANDALUZ

0898Presentación del libro titulado «Imagen de la custodia en el Barroco andaluz» del que es autora María Jesús Sanz.

El acto tendrá lugar el viernes 5 de febrero a las 19,30 h. en el salón de actos del Ateneo de Sevilla – calle Orfila, nº 7- Sevilla – y correrá a cargo de Gerardo Pérez Calero, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla.

A IMAGEN Y SEMEJANZA: ESCULTURA DE PEQUEÑO FORMATO EN OSUNA

0595El Patronato de Arte de Osuna conmemora los cincuenta años de su creación, una importante efemérides dada la incesante labor realizada en pos de la conservación y difusión del patrimonio artístico local. Por ello, entre los actos programados, se celebrará una excepcional exposición titulada A Imagen y Semejanza. Escultura de pequeño formato en el patrimonio artístico de Osuna.

Los comisarios de la muestra, José Luis Romero Torres y Pedro Jaime Moreno de Soto, de la Secretaría General de Cultura de la Junta de Andalucía, plantearon como principal objetivo mostrar la escultura de pequeño tamaño de Osuna, un campo desconocido hasta este momento. Para ello, se han seleccionado cincuenta piezas que cronológicamente abarcan desde el periodo ibérico hasta el siglo XIX y cuyo número es alusivo a los años conmemorativos del Patronato de Arte. Dichas esculturas proceden de la colección arqueológica municipal, colecciones privadas, conventos, parroquias e iglesias de la localidad. Sobre ellas, se ha realizado un importante trabajo de investigación cuyos resultados se han plasmado en un interesante catálogo. En consecuencia, se han logrado atribuir varias de ellas a artistas tan relevantes como José Risueño, Diego Márquez, Fernando Ortíz o los hermanos García, lo que actualiza y enriquece el estudio de la escultura en Osuna.

Las obras de arte se insertan en un discurso estructurado en dos bloques, con un total de siete secciones. Se inicia el recorrido con la información sobre los materiales, técnicas y funciones de la escultura de pequeño formato. El primer bloque abarcará, entre otras, «De las primeras esculturillas a la mitología clásica» a «La cristianización de los modelos paganos y la inspiración en la estética clásica». El segundo bloque desarrolla el discurso de la escultura de pequeño formato en la religión católica a partir del siglo XVI con el título «El Concilio de Trento y el valor de la imagen. Los objetivos religiosos y los recursos artísticos de la doctrina católica». Algunas de sus secciones acogerán temáticas como «La belleza femenina. La pureza y el sentimiento maternal», «El dolor contenido. Dignidad y resignación ante el sacrificio» o «La dulzura infantil: entre la alegría y el dolor». Para terminar, se expone una valiosa selección de esculturas que fueron importadas de Italia, Flandes y Filipinas, como objetos de gran calidad artística o por su popularidad, denominada «Desde los confines del Orbe a la Villa Ducal».

La exposición se instalará en el museo de arte sacro de la Colegiata de Santa María de la Asunción, inaugurándose el 5 de diciembre por su Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan José Asenjo Pelegrina junto a la Sra. Alcaldesa, Dña. Rosario Andújar Torrejón a las 19:30 horas. Se prolongará hasta el 1 de febrero de 2015 y su horario de apertura es de martes a domingo de 10:30 a 13:30 y de 15:30 a 18:30 horas, estando cerrada el 25 de diciembre, 1 y 6 de enero. En definitiva, una buena y única ocasión para conocer un patrimonio desconocido en Osuna, un tesoro más de los que descubrir en la monumental villa ducal.

Antonio Morón Carmona

EL RETABLO MAYOR DE CONSOLACIÓN DE UTRERA: DESCUBRIMIENTO DE SU AUTORÍA

0263Con una corrida de toros se celebró el lunes, 24 de julio de 1713, la conclusión del colosal «retablo puesto en el altar mayor del convento de Consolación» –como no podía ser de otro modo en Utrera–, según el acuerdo municipal adoptado por el ayuntamiento de aquel momento. Una impactante máquina barroca de considerables proporciones, sirvió para renovar la escenografía de entronización de la Virgen, que hasta entonces había ocupado otro retablo erigido a principios del siglo XVII, bajo el patrocinio del conde duque de Olivares. La espectacularidad de la renovada simulación arquitectónica, otorgó al espacio un nuevo efecto visual, con el que la imagen titular adquirió mayor resplandor. Sugestivo modo éste de poder reactivar el prestigio de la efigie (tras atenuarse algo la intensidad devocional con la que tan poderosamente había irrumpido a mediados del siglo XVI), modernizar su culto y hacer más atractivo, en definitiva, el interior del santuario.

Gracias a unas providenciales anotaciones, recogidas en la portada del «Libro índice» de las escrituras del notario Cipriano de Medina, sabemos que diez años antes, en 1703, se había puesto ya el primer banco, sobre cuyos trabajos de ensamblaje no volvemos a tener más noticias documentales hasta el 18 de abril de 1707. Aquel día se produjo la entrega –suscrita ante notario– de un dinero a cuenta de la obligación de construirlo. El documento, hallado recientemente en los fondos del Archivo Histórico Provincial de Sevilla, sección de Protocolos notariales de Utrera, especifica las cantidades económicas entregadas por distintos bienhechores al maestro ensamblador encargado de la obra. De un lado, abonó 3.269 reales el padre Corrector, Fray Melchor de Perea, en nombre de toda la comunidad de los Mínimos que regentaba el convento de Consolación, y de otra, el marqués de la Cueva del Rey, don Juan de Hinestrosa (el integrante más poderoso del potentado local), junto a su hermano don Cristóbal (miembro del Consejo de Castilla), mancomunadamente suministraron 13.680 reales, como herederos del patronazgo de la capilla mayor del templo, que en vida había disfrutado el suegro del primero, el gentil hombre del Rey, don Lorenzo López de Seixa, vecino de Sevilla y caballero de la Orden de Santiago. De todos modos, el retablo no terminaría de dorarse por completo hasta algunas décadas después de 1713.

El retablista sevillano Francisco Javier Delgado, autor de la obra

En contra de lo publicado hasta la fecha, pues algunos autores venían atribuyendo la autoría a Juan de Brunenque (pariente político de Pedro Roldán), la «Carta de pago» que hemos encontrado descubre al «maestro de escultor» sevillano Francisco Javier Delgado como autor responsable de «…hacer un retablo para la capilla maior». Así lo acredita la importantísima cantidad que recibió, un total de 16.949 reales, en satisfacción de los trabajos que había verificado desde que comenzó a labrarlo. Se trata, Delgado, de un artista de la capital, avecindado en el barrio de la Magdalena, que, heredero del quehacer retablístico de otros grandes maestros, como Bernardo Simón de Pineda y Juan de Valencia, venía recibiendo encargos en Utrera desde principios del siglo XVIII. Este excepcional trabajo pasa a engrosar la producción laboral de Francisco Javier Delgado, a quien la historiografía nunca ha considerado como retablista de primera línea. Tal vez, esta nueva identificación ayude a revisar la dimensión de su figura. Se compone la estructura que estudiamos de un amplio banco, sobre el que se disponen dos grandes cuerpos, divididos en tres calles. Llama la atención el uso alternado de esbeltas columnas salomónicas y estípites, una genuina combinación que pudiera deberse al periodo de transición estilístico en el que se produjo la plasmación de la obra. Delgado es posible que se hubiese formado en el periodo de la ya decadente utilización de la columna salomónica, por lo que la introducción en este retablo de la nueva tipología del «barroco–estípite», no es más que un ejemplo del esfuerzo que aquellos maestros tuvieron que realizar para adaptarse a las nuevas corrientes estilísticas de inicios del siglo XVIII.

Manifiesta todo el conjunto entallado –con un programa iconográfico de exaltación mariana y de la Orden Mínima–, características propias del barroco pleno, representadas por la intercalación de líneas rectas con el dinamismo de cornisas curvadas y su fragmentación, elementos que marcan el tránsito hacia el ático. La visualidad se completa con un exuberante repertorio ornamental en el que adquiere protagonismo la decoración vegetal, articulada a base de festones y guirnaldas de hojarascas. Por toda la superficie lignaria emergen angelitos y bustos de querubines, en evocación de la especial predilección deparada por la imagen hacia los niños, a los que en gran número –se cuenta– congraciaba con sus prodigios y maravillas. La visita incesante de peregrinos, atraídos por el poder milagroso de Consolación, razona la disposición de un amplio camarín a las espaldas de la hornacina principal, sobre el que gravita la articulación de esta hermosísima pieza artística, catalogada como una de las más notorias y monumentales de Andalucía

OTROS TRASLADOS INÉDITOS DE LA VIRGEN DEL ROCÍO

0260En el mismo Archivo Municipal de Almonte, hemos tenido la oportunidad reciente de encontrar pruebas documentales sobre algunas venidas extraordinarias de la célebre Patrona de aquel pueblo, desde su Santuario, que reportan nuevas noticias de Traslados, hasta ahora no documentados y supuestamente inéditos para la historiografía rociera. Nuestras averiguaciones se han centrado en el examen riguroso de las «Cuentas de Propios y Arbitrios», y partidas de gastos del presupuesto económico anual, en cuyos asientos contables quedaron consignados los reales, primero, y las pesetas después, que el Ayuntamiento almonteño retribuyó a la fábrica parroquial por los Novenarios, y rogativas públicas, que, en cada ocasión, fueron solemnizándose para apelar a la providencia divina, tanto en la mitigación de males, como en la conmemoración de felices acontecimientos. Con ese primer sondeo de la contabilidad, no hemos querido suplir, sino por el contrario, completar, las distintas lagunas que afectan a las Actas Capitulares, en las que se recogen distintos acuerdos corporativos vinculados a nuestro tema de investigación. Entre las lecturas de los datos obtenidos, sería importante poder profundizar en el análisis del trasfondo simbólico que subyace en estos Traslados, de reforzar la posesión de la imagen por los almonteños, frente a las localidades vecinas y fieles comarcanos, así como el control que ejercieron, conjuntamente, los poderes civil y eclesiástico en la asignación de fechas a los ceremoniales de auxilio, a fin de regular las subidas y bajadas de los precios correspondientes a los géneros de abasto.

Muy poco después de los episodios coyunturales tan adversos que significaron las epidemias de peste de 1649 y 1650, Nuestra Señora del Rocío fue nombrada Patrona –año de 1653– y su prestigio devocional creció considerablemente. Al elenco de invocaciones públicas que le rindió el municipio, ya publicadas, incorporamos hoy la que le suplicó en 1675, con motivo de las enfermedades y mortandad causadas por otro gran contagio bubónico. Los documentos recrean cómo la imagen fue devotamente recibida en el Chaparral por el clero, que «…salió con la Cruz de la parroquia y guión». Otra de las determinaciones municipales que aún no habían trascendido a la luz pública, fue la traída de «Nuestra Señora a la parroquial», en 1707, después de acordarlo sus ediles el 22 de mayo de aquel año, en plena Guerra de Sucesión española. Continuó floreciendo el fervor, y distintos sacerdotes locales revitalizaron e institucionalizaron su hermandad, en el siglo XVIII, para la que elaboraron unas nuevas Reglas (1758). En los prolegómenos de aquella efervescencia rociera, se enmarca otra visita de la Reina marismeña a Almonte, el año 1752, para la que se abonaron 500 reales, empleados en «costos de la zera, y Novenario, que se haze a Nra. Sra del Rocio, quando se trae de la hermita a esta Villa como Patrona de ella para el socorro y remedio de las necesidades ppcas y de la Corona, pr falta de aguas y de salud o por guerras», según registra la contabilidad de entonces. Todavía en el Setecientos hemos hallado, al margen de las divulgadas por los historiadores locales, otra Novena y función de rogativa, programada en 1793, por la que se entregaron al clero 859 reales de vellón en concepto de «Funciones de Iglesia, novenario y misas cantadas a N. Madre y Señora del Rocío en las Rogativas que se hicieron por seca y traerla al pueblo desde su ermita».

No hay constancia del hipotético acercamiento de la Intercesora al núcleo urbano en el año 1800, por causa de la epidemia de fiebre amarilla, como en otros pueblos de la comarca. En cambio, hemos tenido la oportunidad de autentificar otra venida el año 1804, en la que se emplearon 346 reales y medio en los actos religiosos. El Ayuntamiento sólo sufragaba las Novenas oficiadas en honor de la Virgen del Rocío, cuando ésta acudía a la villa, por lo que los datos de las liquidaciones resultan cruciales para la probatura de las concurrencias extraordinarias. Otras informaciones novedosas, respecto a las visitas de la Protectora, se contextualizan en 1824, cuando el Ayuntamiento se adhiere al monarca Fernando VII tras el Trienio liberal, y en el de 1835, coincidiendo con la alineación monárquica en favor de la reina Isabel II. Así lo revela la subvención de 100 reales, dedicada a la cera de la Función de iglesia organizada cada uno de aquellos años, respectivamente. En comparación con otras épocas anteriores, se advierte una sensible disminución de las ayudas, que cabría atribuir al enfriamiento decimonónico del clima de religiosidad, en la anteposición prioritaria de otros conceptos de interés público. Gracias a estos nuevos hallazgos podremos ahora precisar mejor la frecuencia con la que la Santísima Virgen acudió a su pueblo y revalorar el infinito apego devocional que le profesan a su Abogada defensora, quienes sueñan cada día con una aurora en el Chaparral –¡qué bendición!– para poder contemplar, después del desvelo, su Rostro Divino, tan luminoso como el Sol de Pentecostés.

Traslados procesionales de la Virgen del Rocío a Almonte, recientemente documentados

1675

Epidemia de peste

Lib. 6 (27/05/1676)

1800

Epidemia de fiebre amarilla

No hay documentos

1707

Guerra de Sucesión

Lib. 7 (22/05/1707)

1804

Sequía

Leg. 667. Propios y arbitrios

1752

Se ignora la causa

Leg. 666. Propios y arbitrios

1824

Calamidad o feliz acontecimiento

Leg. 668. Propios y arbitrios

1793

Sequía

Leg. 667. Propios y arbitrios

1835

Calamidad o feliz acontecimiento

Lib. 15 (15/09/1835)

*Elaboración propia. Fuente: Archivo Municipal de Almonte.

 JULIO MAYO RODRÍGUEZ
Historiador y Comisario de la Exposición «Intercesora de Almonte»

 

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