ASOCIACIÓN PROVINCIAL SEVILLANA DE CRONISTAS
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1325Tiene la posteridad unas leyes algo caprichosas. Hay artistas muertos de hambre, en el sentido literal de la expresión, que alcanzan la gloria desde la sepultura. Y hay creadores afamados en vida que ven su trabajo sepultado de manera injusta con el paso del tiempo. El malagueño Fernando Ortiz estaría en esta segunda categoría. Trabajó en la Corte y desplegó una prolífica obra por diversos rincones del país hasta levantarse como uno de los escultores de mayor renombre del Barroco español; sin embargo, las desamortizaciones y las revueltas populares hicieron mermaron de manera notable la conservación de su obra. Ahora, Málaga se reencuentra con su escultor barroco más importante en la exposición presentada esta mañana en el Palacio Episcopal.

El proyecto ofrece además la primera muestra antológica de calado en torno a la obra de Ortiz (Málaga, 1716-1771), cuya obra se ha visto a menudo solapada por la de Pedro de Mena, coetáneo que llegó a Málaga con 30 años y que desde la capital se proyectó al resto del país. Eso sí, entre ambos autores hay diferencias sutiles pero esenciales, que esta mañana ha esbozado el comisario de la exposición, José Luis Romero, al enfrentar el misticismo y la contención de Mena con el efectismo, exuberante por momentos, de Ortiz. Por ejemplo, las Dolorosas de Mena aparecen con las manos juntas en señal de contención, mientras Ortiz las esculpe con los brazos separados y la mirada al cielo. Mena deja la vestimenta en un sobrio segundo plano y Ortiz dedica a los ropajes de algunas de su tallas un gusto por el preciosismo casi manierista.

‘Fernando Ortiz’

Lugar: Palacio Episcopal (Ars Málaga). Plaza del Obispo
Fecha: Hasta el 14 de enero de 2018
Horario: Hasta el 31 de octubre, de lunes a sábados, de 10.00 a 21.00 horas; domingos, de 10.00 a 18.30 horas. A partir del 1 de noviembre, lunes, martes, miércoles, jueves y domingos, de 10.30 a 19.00 horas; viernes y sábados, de 10.30 a 20.00 horas
Entrada: General, 4 euros; reducida, 2 euros, para mayores de 65 años, pensionistas, estudiantes menores de 26 años, familias numerosas, discapacitados y desempleados

La exposición programada en el Palacio Episcopal (ahora bautizado como Ars Málaga) hasta el 14 de enero de 2018 reúne una selección de 31 piezas procedentes de diversos rincones del país. Uno de los casos más singulares llega con la Virgen de la Merced que durante los últimos 150 años ha permanecido en el retablo mayor de los monjes mercedarios de Osuna (Sevilla) y que ahora se expone en el Episcopal en una sala que recrea la disposición de un coro.

Antes de llegar ahí, el visitante se encuentra en la sala inicial con piezas como una talla en madera de San Francisco de Asís (1738) procedente del Museo Nacional de Escultura y una Santa Teresa de Jesús (1766) que dan cuenta de la «identidad artística» de Ortiz. Pasa luego el recorrido a plasmar la evolución del escultor malagueño desde las rigurosas influencias de Pedro de Mena hasta el estilo expansivo de Giovanni Domenico Olivieri, con quien Ortiz trabajó en Madrid. Fruto de esa nueva etapa son piezas como Nuestra Señora del Mayor Dolor, procedente de la iglesia de San Juan Bautista de Marchena (Sevilla), el San Francisco de Asís traído desde la Catedral de Málaga y la talla de San Blas (1768).

La contención formal y la profundad psicológica en la obra de Ortiz encuentran su mejor ejemplo en la cabeza de San Juan de Dios cedida por el Museo de Málaga. Un rigor que contrasta con el despliegue formal de la escultura de San Miguel llegada desde el Convento del Císter. En este sentido, Romero reivindicaba esta mañana que la exposición del Palacio Episcopal ofrece además piezas ‘descubiertas’ en los últimos 20 años, ya sea porque se hayan recuperado del olvido o porque se hayan atribuido a Ortiz después de una primera paternidad dudosa.

Sería el caso, por ejemplo, del Nazareno procedente de la iglesia de San Pedro de Cártama y restaurado para esta exposición. La talla abre el recorrido por el tramo final del paso, centrado en el patrimonio cofrade malagueño. Aquí la Virgen de las Angustias y el Cristo Yacente del Colegio de Procuradores dan paso al grupo escultórico formado por el Cristo del Amor y la Virgen de los Dolores. Y al otro lado de dos accesos laterales flanqueados por cortinas negras espera María Santísima de los Dolores, la Virgen de Servitas, expuesta para la ocasión en una capilla de madera negra. Quizá la obra más popular de Fernando Ortiz, que ahora, cuando se cumplen tres siglos de su nacimiento, ‘regresa’ a su ciudad con la hondura que le habían escatimado los avatares de la Historia.

Fuente: http://www.diariosur.es/culturas/malaga-reencuentra-genio-20171020152848-nt.html#ns_campaign=gs-ms&ns_mchannel=diariosur&ns_source=fb&ns_linkname=ltl

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